Puedo reírme tanto de la vida, y de lo que hay en ella que pierdo
las ganas de sufrir y llorar por palabras banas y solubles, me río
de la ignorancia a flor de piel de muchas mujeres, además de su fijación
en el dolor que pueda acarrear la que está al lado, no para ayudar
sino para clavar aun más fuerte el espadín en la herida, y ¿qué más da?,
ahora recuerdo cuando nostras decimos " son todos iguales" , mentira,
las mujeres en cierto ámbito somos todas iguales, y algunas luchamos para
salir del circulo vicioso, sucio y podrido de hacer sentir mal a los demás.
Tan parecidas, pero tan odiables ...